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La Clase Delincuencial – La Corrupción

Lo único que se necesita para que triunfe el mal es que los hombres buenos no hagan nada. Edmund Burke

Jars

Publicado: 2016-07-30

La Clase Delincuencial 

En el país son aceptadas tres clases sociales por su situación económica: alta, media y baja, estas tienen subdivisiones, las más notorias en la clase media (media alta y media baja) y en la clase baja (pobres y pobreza extrema).

Desde épocas pasadas se leen libros narrando historias sobre delincuentes, aparte están las leyendas urbanas contando historias sobre delincuentes “plantados” (dejaron de delinquir), en el argot criollo “colgaron los guantes”. Se refiere al hecho de aquellos delincuentes que se retiraron del mundo de la delincuencia por diferentes motivos, pero los que se cuentan con entusiasmo son de aquellos que al retirarse obtuvieron como resultado de su vida delincuencial, propiedades para él y su familia, para la amante, etc. En el tiempo, estas leyendas urbanas eran la meta de los delincuentes “inteligentes”, retirarse quedándose con grandes ganancias para vivir y gastar a sus anchas.

Hubo un tiempo que existiendo la PIP (Policía de Investigaciones del Perú) se perseguía a los delincuentes de forma inteligente, contaban con laboratorios y personal muy preparado, manteniendo contacto con las mejores organizaciones policiales extranjeras. La PIP conseguía información infiltrando su gente en bares, billares, en las esquinas de los barrios populosos. Todos esos lugares donde se reunía el ciudadano “ocioso” y de dudosa reputación. Aun cuando algunos de sus miembros podían terminar corrompiéndose, estas acciones mantenían a raya a los delincuentes y convencían a otros de elegir mejores caminos para vivir tranquilos. Este grupo de la PIP fue desactivado, pero era solo una parte del sistema que mantenía a los delincuentes en la cuerda floja.

En nuestro país, la corrupción creció a pasos agigantados y con ello la delincuencia. Empezó a crearse un sector de la población que vio un tipo de accionar impune, robar a otros sin obtener mayor castigo. Se hizo cada día más visible la formación de familias delincuentes, padres, madres e hijos, todos dedicados a la misma actividad. Se ha visto casos en que el padre está preso y la familia sigue delinquiendo, entra la madre presa y los hijos siguen delinquiendo, caen los hijos presos y todos esperan el momento de salir para seguir delinquiendo. Sí, hay muchos casos en que toda la familia ha estado en prisión, ya sea en diferentes tiempos, secuencialmente o todos a la vez. Paralelamente hay otros en ese mundo, más “inteligentes” y se las ingenian o tienen los contactos para evitar ser detenidos o ir presos. Aquí cabe señalar que casi todos los dedicados a la delincuencia, terminan en prisión.

Si una mayoría de los dedicados al mundo delincuencial terminan en prisión, ¿por qué siguen haciéndolo? La respuesta es una, los delincuentes, sea hombre o mujer han hecho de las prisiones su segunda casa, llegar a prisión para ellos no les produce temor, saben que todo tiene precio. Este es uno de los motivos por el cual los delincuentes, no solo roban para llevar su tren de vida, si no que “ahorran” para el momento de caer presos. Negocian desde la posibilidad de salir impunes, hasta su mejor estadía mientras se encuentren en prisión. Saben que desde el momento de ser capturados y hasta el último paso hacia su “libertad” les van a cobrar, desde sus captores, hasta las coimas para no ir a prisión o para conseguir el menor tiempo posible preso.

Dentro de prisión los costos siguen, por la celda, comodidades, comida, “asistir” a clases para obtener los requerimientos de buena conducta (muchos solo pagan, pero no asisten), diversión mientras se encuentran “alojados”.

Como vemos, en el país tenemos una nueva clase social que debemos reconocer porque se ha vuelto una clase “peligrosa” dentro de la sociedad, son familias completas dedicadas a delinquir, enseñan a su prole su forma de vida y están orgullosos de ella. Son “La Clase Delincuencial”. Esta clase se encuentra inmersa en todos los sectores de la sociedad (corruptos y corruptores en muchos casos, se encuentran dentro de la llamada “alta sociedad”, pero no por esto dejan de ser delincuentes e involucran a sus propias familias en ello), negarlo es absurdo y por lo tanto se hace imposible de contrarrestarla.

Sobre la delincuencia común, así como se lucha para evitar la pobreza extrema, se debe luchar para sacar a mucha gente de esta clase social delincuencial. Son casi los mismos procedimientos en ambos casos, proteger como factor primordial a la niñez y juventud de estas clases sociales. Adoctrinarlos, mientras desayunan, almuerzan, reciben educación gratuita y atenciones de salud, sea por el estado o instituciones privadas las cuales deben coordinar obligatoriamente con el estado para informar el tipo de ayuda y el objetivo de estas. Es importante y urgente romper vínculos de la nueva generación en estas clases sociales, sea pobreza extrema o delincuencial porque en ambos casos sus mayores o padres en la mayoría de casos, son “expertos” en vivir del estado o del prójimo.

Urgente enseñar a los adolescentes de estas clases sociales sobre paternidad responsable, de cómo no empeorar su situación al tener que proteger, alimentar, vestir y cuidar la salud de una persona más. Ayudar a los jóvenes guiándolos con especialistas para encontrar una carrera que le permita progresar en su vida.

Dentro de los sectores donde se ubican estas clases sociales, conocen muy bien quien se dedicada a las actividades ilícitas para vivir, por eso es necesario comprometerlos a erradicarlos a cambio de la ayuda que pudieran recibir, este es uno de los pasos para combatir la delincuencia. También la policía, los serenazgos y vigilantes de distritos populosos conocen los lugares de reunión de personas de dudosa reputación o el delincuente común.

Debemos recordar que es muy visible como políticos, abogados y la misma policía trabajan con grupos de delincuentes a los cuales “organizan” para conseguir “objetivos”, desalojos efectivos, etc., los pobladores los usan para “protegerse” de las autoridades. En muchas zonas del país se tomó la “moda” de usar a grupos delincuenciales para proteger sus negocios, un ejemplo en Lima se dio en la parada y Gamarra, donde contrataban delincuentes “plantados” para protegerse de la delincuencia activa, esta situación la aprovecharon delincuentes organizados para transformarlo en el cobro de cupos para evitar ser “intervenido” por otros delincuentes. Municipalidades como la del Callao y Breña también usaron grupos de delincuentes como miembros de la seguridad ciudadana, estas medidas solo han servido para crear pequeñas mafias organizadas que crean el caos en esas zonas.

Para terminar queda observar lo que ayer fue leyenda, hoy es algo común, ver personas que de la noche a la mañana exteriorizan riquezas sin conocer la forma en que fueron conseguidas, sea por la delincuencia común o el narcotráfico, en ambas formas es ilegal, pero ninguna autoridad reacciona frente a esta situación, en las alcaldías con el pago de multas y papeletas pueden lograr formalizar un predio sin mayores problemas, de ahí para delante logran formalizarlo en los registros públicos, solo usando los “laberintos” de las leyes, igual pueden comprar vehículos sin mayores problemas, somos el país de los “informales”, siendo el estado parte del problema.

Para detener la delincuencia entonces, hay pasos importantes:

- Romper el vínculo de la niñez y adolescencia con adultos que ya tienen totalmente involucrada su vida en el mundo delictivo logrando impedir que más personas sigan el mismo ejemplo.

- Convocar a todos los sectores del estado involucrados para evitar que los botines de actos ilícitos, se conviertan en riquezas personales o familiares “lícitas”.

- Todo tipo de ayuda estatal o privada para estos sectores de la población debe ser obligatoriamente aprovechada para “negociar” el alto a la delincuencia en su ambiente.


La Corrupción

La parte más importante y difícil, es parar la corrupción, porque involucra a mucha gente, aun aquella que se encuentra en las altas esferas, que pareciera no tener que ver con el problema, pero si lo tiene, sus ambiciones involucran a otros y en escalera descienden hasta llegar a las clases sociales más bajas. Ningún proyecto de ayudar a las clases sociales menos favorecidas tiene verdaderos o grandes logros porque la corrupción es el gran impedimento.

Es necesario que al igual como se persigue a los delincuentes más peligrosos para la sociedad, se actué contra los corruptos. Ofrecer recompensas monetarias para los ciudadanos que conocen y puede presentar pruebas de las autoridades corruptas, ofrecer “inmunidad” o tomarlos como “testigos protegidos” a aquellos involucrados en menor grado, en actos de corrupción que puedan presentar pruebas para acabar con algún tipo de red mafiosa de corrupción estatal.

La CGR (Contraloría General de la República) realiza algunas de estas funciones, pero no ofrece “recompensas” hasta donde se conoce.

Si de verdad se desea una lucha abierta contra la corrupción, es necesario enfrentarla con todas las armas y la principal es con su misma arma, la monetaria. El costo siempre será menor que los grandes costos sociales y económicos producidos por los corruptores y corruptos del país.


Escrito por

José

Opinólogo


Publicado en

Ecléctico

Cansado de la ineptitud